Salimos de Ojos de Agua a las 7 am, por supuesto que yo iba más dormida que despierta. Pasamos por La Pedrera –ni idea qué camino tomó Julio, si fue por la ruta 10 o por la ruta que entra hacia La Paloma. la idea era pasar a darle un beso a Marce. como no recuerdo nada, supongo que me quedé frita. Me desperté frente al restaurante donde está trabajando. Bajamos del auto y Julio fue hacia el fondo a buscarlo. Sabíamos que seguramente dormía, pero la idea era tomar unos mates con él y seguir hacia Montevideo. Recorrió todos los dormitorios, vio chicos durmiendo pero no a Marce. Estábamos en el porche decidiendo qué hacer cuando llegó un muchacho rubio con acento portugués que nos dijo que el restaurante estaba cerrado. Le explicamos qué queríamos y fue al fondo, igual que Julio. Volvió enseguida, pero nos dijo que no había podido despertarlo, que estaba super dormido. Le dijimos que le dejara un beso y seguimos. Dimos una vuelta por La Pedrera, hacía años que no íbamos, por lo menos yo la última vez que fui debe haber sido hace unos veinte años. Bastante tiempo. Era un pequeño pueblito. Ahora no es que esté feo, claro, es un lugar muy hermoso, y las casas que construyeron en general son lindas –algunas demasiado grandes y excesivamente opulentas, al estilo de algunas casonas de Punta del Este. Las playas, por suerte, no las pueden modificar.

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