Mucho calor. Llamé al señor que arregla claraboyas, porque se rompió el mecanismo de la claraboya de casa. O sea, no se podía abrir. Viene mañana y la arregla. Además vamos a colocar un toldo de sombra en la azotea, sobre los vidrios y dejaremos de vivir en un invernadero en verano. Durante la tarde salí un momento, no se soportaba el sol; fui a la panadería porque quería comer algo con dulce de leche, algo rico y bien dulce. En la calle hasta las palomas parecían despistadas, igual que yo.