Hoy me desperté soñando con mi abuela. Mi abuela cantaba. Estaba en un lugar que era como un pueblito en una altura, yo pensé que era en alguna serranía dentro de la provincia Argentina de Córdoba. Ella estaba parada en medio de dos hombres que parecían indígenas, tenían rasgos aindiados y el cutis cetrino. Flacos y altos, con gesto adusto, aunque no agresivo. Había otras personas por ahí, mujeres de polleras largas al estilo boliviano; pero ellos tres eran los que cantaban. Mi abuela cantaba sonriente, y yo la veía en blanco y negro, y tonos de gris. Por momentos cantaba sola, a capella, con una voz muy suave. La dejaban cantar sola y vi como si se hiciera un zoom a su cara y miré su boca que apareció en un primer plano, se veía con claridad como movía los labios al modular las palabras. Ella tenía unos lindos labios, bien formados, de bordes marcados. Me parece que cantaba en portugués paro no puedo asegurarlo. Ella no podía verme a mí, yo estaba viéndola en la pantalla de un monitor. Ella estaba contenta, como si estuviera entre los suyos, en un lugar que le correspondía, adecuado, donde se sentía cómoda. Me transmitió una sensación de paz. Me quedé feliz de verla a pesar de que no pude hablar con ella; porque yo podía ver su imagen pero ella no estaba ahí conmigo, aunque sí sabía que yo la estaba mirando. Cuando terminó de cantar se fundió a blanco. Y el monitor quedó encendido, pero con la pantalla blanca. Me acerqué y le di un beso justo en el lugar donde ella había aparecido.

Ayer martes 27 presenté el video, y pienso que este sueño tiene que ver con eso. Por un lado, porque alguien me hizo una pregunta muy interesante: por qué elegí dejar algunas imágenes en blanco y negro o sepia, y yo le contesté que fue casual, que pensaba que fue casual, un asunto puramente formal, estético; pero después me di cuenta de que no fue nada casual. De que nada de lo que hacemos es casual. Y menos en el arte. El inconciente sigue trabajando por ahí, moviendo nuestras manos aunque uno quiera y crea que controla todo. Las imágenes en blanco y negro del video aparecen al principio y al final. Las del principio son imágenes de una fiesta de cumpleaños que fui cuando era niña. Yo estoy ahí sentada con mis dos hermanos mayores comiendo algo. Tendría dos años. Y cuando vi el video del que rescaté esas imágenes, apareció en otro momento la imagen de mi abuela, super joven. Y la voz de la que canta al principio del video es de M.M., aunque manipulada. No aparece su imagen, sino su voz, su voz en blanco y negro, repitiendo al final un you you you. Y las otras imágenes que dejé en blanco y negro son las del final del video, cuando se ven dos sombras de espaldas y después quedan solo los platos vacíos y se funde a blanco. Y hay otras imágenes en sepia, pero ya no es blanco y negro y recuerdo que las dejé sepia porque venía del blanco puro, de un fundido a blanco después de los cuerpos y no quería un pasaje tan brusco al color, porque después el ritmo se acelera, el ritmo de las imágenes y el de la música, y también el color se intensifica. Esa –creo- que es la explicación que tendría que haber dado ayer, pero no me había dado cuenta hasta ahora. Así que gracias, gracias al que me hizo pa pregunta, aunque no recuerdo bien quién fue, porque me hizo pensarlo, y me ayudó a vivir unos momentos con mi abuela otra vez. Y gracias también a ella, a Doña Antonia Ferreira, que me ayudó a darme cuenta que significado le di en este video al blanco y negro.

De noche fui a la inauguración de una exposición de Rosemarie Trockel en el MNAV.

Etiquetas: marzo 07

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