Me decidí a arreglar el ropero, y antes fotografié mi mesa de luz… otro despelote. Pero el ropero va quedando… esto me va a llevar días, ya lo sé. Si lo ve alguien muy prolijo seguro que piensa que es una porquería, pero para mí está bien. No merece que le dedique más tiempo (y ya fue demasiado). Otras veces lo he hecho, es más cada tanto lo hago porque por más que me lo propongo, no logro hacer un mantenimiento para que siempre esté bien. Cuando está caótico es cuando no encuentro nada de lo que voy a buscar y pienso que lo perdí o que alguien me lo sacó –léase alguno de mis hijos- y al final lo encuentro en el último rincón hecho un nudo. O debajo de la pila que se va juntando sobre el sillón.
Etiquetas: mayo
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