Comienza a haber alguna esperanza de mejoría. Eso lo saben los que me rodean, yo floto en la morfina, me voy a otros lugares: de pronto camino por la pampa argentina, muerta de hambre. Solamente hay enormes extensiones de sorgo, pero sé que no me gusta. Veo liebres gigantes, pero no tengo forma de cazarlas, solamente puedo imaginarlas estaqueadas frente a una fogata, doradas y chorreantes de grasa.
Etiquetas: agosto
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
Suscribirse a
Entradas [Atom]