Mejorando, mejorando, lo que quiere decir que me dan menos calmantes por lo que estoy más molesta, percibo que tengo las manos atadas, que estoy muerta de sed, con la boca reseca, que por los tubos no puedo hablar. Muerdo los tubos sin poder evitarlo. Finalmente consigo transmitirle a Julio que quiero agua y consigue unos pequeños tubitos de agua destilada y me los dan con una jeringa. Agua. Agua. El placer enorme de sentir el agua en la boca.
Me dan más calmantes y empiezan a darme menos medicamentos.
Etiquetas: agosto
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
Suscribirse a
Entradas [Atom]