De noche vino Caíto y tomamos unos vinos exquisitos y comimos unos salamines y quesosy aceitunas rellenas, y galletitas de ajo. Noes algo que me encante tomar copetines, pero ese estuvo buenísimo. Generalmente como eso y después no puedo comer nada más o sea que si es la hora del almuerzo, no almuerzo, y si es la hora de la cena no ceno. Así que el viernes no cené. Interesante ¿no? Salió así, no se me ocurrió ninguna otra cosa para poner. Y tengo todo el derecho de decir las pavadas que quiero. ¿Tá?Lo malo de este viernes fue que se me habían descargado todas las pilas de la cámara (supongo que fue por los videos) y cuando intenté hacer los registros pertinentes –la mesa era un espectáculo- no tenía pilas. Así que hay que imaginarla.