La doctora me da el alta domiciliaria, con indicación de fisioterapia y vida normal sin salir de casa. No me asculta.
Vino la fisiatra. Me hizo levantar los pies y apenas las piernas. Un poco los brazos. Me esforcé, quiero estar bien y salir a correr otra vez. Que-dé-a-go-ta-da.
Etiquetas: agosto
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